Algoritmo
El algoritmo es uno de los conceptos más básicos que es necesario comprender para adentrarse en el mundo de la programación y desarrollar una mentalidad propia de un programador.
Es probable que hayas oído sobre los algoritmos en algunas conversaciones sobre tecnología o que lo recuerdes de las clases de matemáticas de secundaria. Es muy común hablar sobre los algoritmos de redes sociales sobre Tiktok o Instagram, que deciden qué publicaciones mostrarte en todo momento.
¿Qué es exactamente un algoritmo en informática?
En pocas palabras, un algoritmo no es más que una serie de pasos que siguen un orden y unas acciones determinadas destinadas a resolver un problema o tarea.
Aunque los algoritmos se aplican únicamente al ámbito matemático, lógico y de programación, también podemos extrapolarlos a nuestro día a día.
Al fin y al cabo, tareas complejas como preparar un plato de espaguetis, poner una lavadora o limpiar alguna habitación también requieren seguir unas instrucciones que se componen de diferentes pasos. Si bien pueden variar según cada persona, el esqueleto sigue siendo muy parecido.
Y es que los algoritmos son eso mismo: un set de instrucciones que, de completarlas, nos permiten tomar decisiones para llevar a cabo una tarea concreta.
Pasos de un algoritmo
A grandes rasgos, un algoritmo en programación se rige por los siguientes tres pasos:
- Input o entrada de información: El algoritmo recibe información preexistente que necesita para operar.
- Procesamiento: El sistema analiza el input y comprueba que sea correcto. Después, ejecuta una serie de comandos para producir el resultado deseado.
- Output o resultado: El algoritmo proporciona una solución para la tarea que se le ha pedido y finaliza.
Este output o resultado que nos da el algoritmo puede ser correcto o incorrecto. ¿Y cómo sabe un programador que un algoritmo es correcto? Introduciendo varios inputs y comparar su output con una solución confirmada a la que se ha llegado de forma manual.
No obstante, en muchas ocasiones es imposible poner a prueba la corrección de un algoritmo a base de operaciones matemáticas manuales por la complejidad y tiempo que comprende. Es por ello que, frecuentemente, podemos afirmar que un algoritmo es correcto cuando el input que se le introduce es correcto.
Recordemos que un algoritmo siempre ejecuta los mismos comandos sistemáticamente, y solo variará acorde a la información que le proporcionemos.
Ejemplo de algoritmo
Para que comprendas cómo funciona un algoritmo, te lo ilustramos con un ejemplo ameno y sencillo basado en la preparación de un té.
- Paso 1: Reunir los ingredientes necesarios: Agua, bolsita de té y azúcar (opcional)
- Paso 2: Hervir el agua en una tetera.
- Paso 3: Colocar la bolsita de té en una taza.
- Paso 4: Verter el agua caliente en la taza.
- Paso 5: Dejar reposar el té durante unos minutos para que se infusione.
- Paso 6: Retirar la bolsita de té de la taza.
En este momento nos debemos preguntar: ¿queremos añadirle azúcar al té, sacarina o nada?
- Paso 7 - A (azúcar): Agregar azúcar según el gusto personal.
- Paso 7 - B (sacarina): Agregar sacarina según el gusto personal.
- Paso 8: Remover el té para mezclar el azúcar (si se ha agregado).
- Paso 9: ¡Listo! Ahora puedes disfrutar de una taza de té caliente.
Consideremos que el input es el primer paso, ya que reunimos los elementos necesarios para preparar el té y los introducimos en el proceso desde el primer momento.
El resto de pasos que ejecutamos poco a poco para elaborar el té representarían todo el proceso que atraviesa un algoritmo para mostrar el resultado deseado.
Al servir el té para beberlo, estaríamos obteniendo un output y una posterior terminación del algoritmo.