Automatización
Podemos definir la automatización como la aplicación de la tecnología en procesos y tareas dentro de un sistema con el fin de minimizar la intervención humana. Aunque hoy día la automatización avanza a pasos agigantados debido a la irrupción de la inteligencia artificial, hay ocupaciones que llevan automatizándose desde el principio de los tiempos.
Si bien han debido pasar siglos hasta que el ser humano fue capaz de automatizar procesos, una invención en materia de energía que se usó ampliamente en la Edad Media fue la rueda hidráulica. Esta gran rueda transmitía la energía a una serie de mecanismos destinados a la molienda y el prensado de granos aprovechando la fuerza motriz del agua, lo que automatiza todo este proceso al prescindir de la fuerza física humana.
¿Qué es la automatización industrial?
Los avances e innovaciones tecnológicas han llevado a una automatización de procesos de del día a día del ser humano, especialmente en los procesos de trabajo en el terreno industrial. De esta forma, el avance de la automatización ha hecho nacer nuevas disciplinas como la robótica.
Así pues, la automatización industrial consiste en la implementación de tecnologías en fábricas industriales que realizan y controlan procesos de trabajo específicos (manufactura, control de calidad y empaquetado) de forma autónoma, sustituyendo a trabajadores humanos.
El objetivo inicial de la automatización industrial era incrementar la productividad y reducir la plantilla de trabajadores, lo que se traducía en costes mucho menores y mayor margen de beneficio. Hoy día, más allá de la rentabilidad empresarial, con la automatización industrial también se aligera la carga de ciertos puestos de trabajo, especialmente físicos, y se procura su ergonomía.
Robótica en automatización industrial
La robótica es una rama de la ingeniería que se encarga del diseño, construcción y programación de robots, o sea, máquinas programables capaces de realizar tareas de manera autónoma o semiautónoma.
La automatización industrial no se entiende sin la evolución de la robótica, y el nacimiento de la robótica no se entendería sin la necesidad de automatizar procesos en las fábricas. Así pues, la robótica es una disciplina que mezcla la electrónica y las comunicaciones que nació a raíz de la implementación de robots en las fábricas a mediados del siglo XX.
La primera invención de la robótica en el campo de la automatización industrial fue el brazo robótico Unimate con 6 grados de libertad y su implementación efectiva en la cadena de montaje para fabricar vehículos.
La automatización y la inteligencia artificial (IA)
La IA se refiere a la capacidad de algunas máquinas para realizar tareas que requieren inteligencia humana, como el razonamiento, el aprendizaje y la toma de decisiones. Hasta el momento, la automatización, especialmente la automatización industrial, consistía en máquinas que llevan a cabo un conjunto de acciones preprogramadas y estandarizadas sin ningún tipo de discernimiento.
Sin embargo, la IA sí que puede proporcionar a los robots capacidades avanzadas de percepción, comprensión y adaptabilidad.
Por ejemplo, los sistemas de visión por computadora basados en IA pueden identificar y clasificar objetos en una línea de producción, permitiendo que los robots realicen tareas de selección y empaquetado de manera autónoma según el tipo de trabajo. Es decir, dotaría a estas máquinas de una capacidad de decisión sobre qué seleccionar y cómo empaquetarlo.
¿Qué es la automatización del marketing?
Sin embargo, la automatización no debe solo limitarse a la robótica y a las fábricas, aunque ese sea precisamente su punto de partida. Este fenómeno tecnológico ha trascendido los lugares físicos de trabajo y tiene su impacto en disciplinas muy diversas: desde la agricultura hasta las ventas, desde el diseño gráfico hasta el transporte. Uno de los nichos de automatización más populares es el marketing en un contexto digital.
La automatización en el marketing se refiere a la utilización de software y herramientas tecnológicas para realizar tareas de marketing de manera más eficiente y efectiva. Estas herramientas automatizadas pueden ayudar a simplificar y optimizar diversas actividades de marketing, como la gestión de campañas, el seguimiento de clientes, el envío de correos electrónicos, el análisis de datos y la personalización de mensajes.