Agricultura 4.0: digitalización, datos y sostenibilidad medioambiental
Segunda década de los 2000. Cuarta revolución industrial. Las nuevas tecnologías llegan a sectores históricamente tradicionales, como la agricultura o la ganadería, demostrando que procesos agrícolas más productivos, autónomos y eficaces son posibles si disminuye la mano de obra humana. Como lo lees: la tecnología más innovadora ya forma parte de la agricultura, dando nombre a lo que conocemos como agricultura 4.0.
¿Quieres saber de qué trata esta corriente: qué es la agricultura 4.0 y cuáles son las nuevas tecnologías que forman parte de ella? ¡Educa Open te lo cuenta!
¿Qué es la agricultura 4.0?
Ahora bien, ¿qué es realmente la agricultura 4.0? ¿Cómo podemos definirla?
La agricultura 4.0 -también agricultura digital o agricultura inteligente- es el término que se refiere a la agricultura que se desarrolla a partir del año 2010, en la que las nuevas tecnologías llegan para quedarse. En concreto, las herramientas digitales y los sistemas inteligentes de modelos de precisión comienzan a formar parte del día a día de los agricultores, quienes ya toman decisiones basándose en dos pilares: los datos y el respeto medioambiental.
La digitalización del sector agroalimentario puede contener numerosos beneficios, tanto para agricultores/as, como para la sociedad en general. Cultivos más eficientes, rentabilidad de la actividad agrícola, minimización de la intervención humana en los cultivos, reducción de la contaminación y los residuos...
Aunque explicaremos más acerca de la agricultura 4.0 a lo largo de este artículo, cabe resaltar que uno de sus pilares fundamentales es la sostenibilidad y el respeto al medioambiente. Por ello, la digitalización de la agricultura busca reducir las emisiones de gases contaminantes, contribuir a la disminución del efecto invernadero y el calentamiento global, hacer un uso más sostenible de recursos naturales como el agua o los suelos, y realizar un uso controlado y meditado de productos químicos, como los fertilizantes o los pesticidas.
Desde la agricultura 1.0 hasta la agricultura 4.0
Una duda común sobre la agricultura 4.0 es su denominación. ¿Por qué el 4.0? Realmente, su nomenclatura deriva de la secuencia de agricultura 1.0, agricultura 2.0 y agricultura 3.0. Además, el número 4 también hace referencia a que este tipo de agricultura se está desarrollando en el seno de la cuarta revolución industrial, caracterizada por la gestión de datos masivos y la autonomía de la tecnología.
Para comprender mejor este concepto, haremos un repaso desde la agricultura 1.0 hasta la agricultura 4.0. ¿Nos acompañas?
Agricultura 1.0: trabajar el campo para subsistir
También conocida como agricultura de subsistencia o agricultura tradicional, se caracteriza por poner al agricultor/a en el centro. Es decir, él es quien cultiva, de manera autónoma, por y para sobrevivir. En algunos casos, también se llegaba a vender el producto, pero se obtenían unos ingresos mínimos.
Aunque en nuestra sociedad este tipo de agricultura ya no es habitual, todavía sigue siéndolo en países subdesarrollados, donde no tienen acceso a la tecnología.
Agricultura 2.0: Adiós a la tradición, hola al daño medioambiental
La agricultura 2.0 es aquella se desarrolló en la segunda mitad del siglo XX y hasta el segundo milenio, conocida como la 'Revolución verde'. Aunque las técnicas agrícolas continuaban siendo muy tradicionales, se incorporan algunos elementos como el uso de pesticidas, fertilizantes y maquinaria especializada.
La mano de obra imprescindible se reduce, puesto que ya se delega en maquinaria y técnicas menos dependientes de la mano humana. En este sentido, cabe destacar que el objetivo principal de la agricultura 2.0 era la rentabilidad económica y el rendimiento de cultivos, y no la subsistencia.
Agricultura 3.0: Datos y respeto por el medioambiente
Con la llegada del segundo mileno, en los 2000, llega también la agricultura 3.0. Esta se caracteriza, además de por la búsqueda de rentabilidad económica, por la apuesta por el respeto al medioambiente y por evitar la sobreexplotación de recursos naturales, como el suelo. Algo que, hasta este momento, no se había tenido en cuenta.
Tanto es así que, principalmente con la agricultura 2.0, el uso indiscriminado de sustancias nocivas para el suelo hizo que se perdiera biodiversidad y que se desarrollase un impacto medioambiental negativo.
Para lograr esta tercera etapa en el desarrollo de la agricultura, comienzan a incorporarse algunas tecnologías pioneras del momento. Por ejemplo, los sistemas GPS supusieron una optimización de los recursos y un resultado más rentable. Además, también se apuesta por la recogida de datos, para estudiar cómo se comportan los cultivos en determinadas condiciones.
Agricultura 4.0: Herramientas digitales y sistemas inteligentes
Con la llegada del año 2010 y el incipiente avance de las nuevas tecnologías en los sectores industriales, llegan las herramientas digitales al sector de la agricultura. Así, una de las principales características de la agricultura 4.0 es el uso de herramientas digitales y sistemas inteligentes de modelos de precisión para mejorar los resultados de los cultivos, mientras que se respeta al máximo el medioambiente.
La agricultura 4.0 cuenta con mano de obra humana de manera residual, sobre todo, si hacemos referencia a la toma de decisiones estratégica. Son los datos quienes lideran esa toma de decisiones.
Nuevas tecnologías en la agricultura 4.0
Conocer cuáles son las nuevas tecnologías de la agricultura 4.0 te ayudará a entender su funcionamiento y sus beneficios para la sociedad. A continuación, te detallamos cuáles son algunos elementos clave de la agricultura 4.0 y qué tipo de herramientas digitales son las más comunes. ¡Vamos!
- INTERNET DE LAS COSAS (IoT)
El Internet de las Cosas (IoT) es una red colectiva de dispositivos conectados, así como la tecnología que permite la comunicación de estos dispositivos entre sí y con la nube. Pero, ¿y cómo se aplica al sector de la agricultura?
El IoT en agricultura 4.0 podemos encontrarlo, principalmente, en el uso de sensores, drones y otros dispositivos que, conectados entre sí, pueden funcionar como una única unidad u organismo. De esta forma, mediante la combinación y conexión de diferentes elementos y dispositivos gracias al internet de las cosas, es posible detectar anomalías, prevenirlas antes de que ocurran y obtener datos en tiempo real.
Gracias al uso de IoT, por ejemplo, pueden obtenerse datos en tiempo real sobre la climatología, la salud de las plantas o la humedad del suelo.
- BIG DATA
El big data es otro de los pilares fundamentales de la agricultura 4.0, puesto que nos permite recopilar grandes volúmenes de datos, analizarlos y almacenarlos de manera segura. Estos datos pueden ser de muchos tipos, dependiendo de las necesidades y requerimientos de cada cultivo y de cada agricultor.
Por ejemplo, el uso del big data en la agricultura 4.0 puede observarse en la recopilación de datos sobre el estado de los cultivos, que permiten tomar decisiones meditadas y objetivas.
- BLOCKCHAIN
En línea con la tecnología anterior del big data, el blockchain es otro de los elementos clave de la agricultura 4.0. Principalmente, encontraremos esta 'cadena de bloques' con la intención de salvaguardar la confidencialidad y privacidad de los datos almacenados.
Por ejemplo, el blockchain y su tecnología garantizan el anonimato y evita la exposición a posibles hackeos.
- INTELIGENCIA ARTIFICIAL
La inteligencia artificial ya forma parte de nuestro día a día, y por supuesto, también del de la agricultura 4.0. Las aplicaciones y beneficios de la IA en agricultura son amplísimos, y podemos encontrarla en ámbitos como la identificación de cultivos basada en imágenes, la optimización de recursos hídricos, la nebulización o la detección precoz de plagas, entre otros.
Implementar la IA en la agricultura 4.0 permite, por ejemplo, mejorar la selección de semillas. Los algoritmos pueden analizar grandes volúmenes de datos genéticos y ambientales, ofreciendo resultados sobre qué tipo de cultivos son más beneficiosos en cuestión de minutos.
- ROBÓTICA Y DRONES
La robótica en general y el uso de drones en particular también son elementos importantes de la agricultura 4.0. Principalmente, la robótica permite optimizar el uso de recursos agrícolas y aumentar la rentabilidad de los procesos. En concreto, encontramos los denominados robots agrícolas o 'agrorobots', que facilitan y acomodan el trabajo del agricultor/a.
Estos robots, dirigidos desde un ordenador, realizan las mismas funciones que podría ejecutar una persona. Desde cosechar y recolectar, hasta monitorización de cultivos o fumigación.
Además, el uso de drones es cada vez más habitual en este sector, puesto que ayuda a visualizar el campo con una panorámica, monitorizar cultivos desde el aire y aplicar pesticidas y otros productos de manera precisa y eficiente.
- CONECTIVIDAD 5G
Por último, la conexión 5G es otro de los pilares de la agricultura 4.0. Este tipo de conexiones permite la comunicación en tiempo real entre distintos dispositivos digitales ubicados en un mismo cultivo. Además, facilita la transmisión de grandes volúmenes de datos, clave en la agricultura 4.0.
Si hemos dicho que el tratamiento de grandes volúmenes de datos es crucial para el éxito de la digitalización de la agricultura, disponer de una buena conexión -como la del 5G, será imprescindible.
La importancia de la agroindustria 4.0
Aunque probablemente ya hayas obtenido respuesta a por qué es tan importante la agricultura 4.0, queremos hacer hincapié en su relevancia en la sociedad en la que vivimos.
Tras haber sido, históricamente, un sector muy tradicional e incluso, en algunos momentos, obsoleto, la agricultura ha sabido renovarse y adaptarse a la realidad. ¡Renovarse o morir! De esta forma, los agricultores/as son capaces de obtener mayor rendimiento a sus cultivos, teniendo incluso que trabajar menos de forma física.
Además, debido a los grandes cambios climáticos que el planeta está sufriendo, la agricultura también debía adaptarse, intentando minimizar al máximo sus consencuencias. Así, la agricultura 4.0 es capaz de tener un mayor control sobre las consecuencias de la climatología, anticipándose y preveendo qué ocurrira.
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