¿Qué son las tecnologías disruptivas? Ejemplos en diferentes ámbitos

A lo largo de la historia ha habido una serie de hitos en cuanto a innovación tecnológica que han traído cambios sin precedentes a la forma de vivir del ser humano. Estos avances los podemos denominar tecnologías disruptivas, que no son más que innovaciones en el ámbito tecnológico que han transformado radicalmente algún aspecto de nuestra vida para siempre.

Los ejemplos de tecnología disruptiva que podemos nombrar están condicionados por nuestra dimensión temporal. Es decir, lo que percibimos como convencional en nuestra época, fue disruptivo en su día. 

Así pues, la máquina de vapor de James Watt revolucionó el mundo del transporte por completo en el siglo XVIII e introdujo en la sociedad una nueva forma de desplazarse y de comerciar. Esto convierte a la máquina de vapor, sin lugar a dudas, en una tecnología disruptiva.

¿Y cuáles son las tecnologías disruptivas del ahora? El problema de definir una tecnología como disruptiva es que desde el nacimiento de los ordenadores y de Internet los avances en esta materia han adoptado una velocidad vertiginosa. 

En solo cuestión de un lustro, una nueva tecnología puede pasar de ser transformadora a estar más que asentada en la sociedad. Es por ello que el concepto de tecnología disruptiva puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos.

Beneficios y retos de las tecnologías disruptivas

Sabemos que las tecnologías disruptivas que rompen con la manera tradicional de hacer las cosas traen consigo un gran valor para el ser humano, las empresas y la productividad. Sin embargo, ¿son todo alegrías?

Entre los beneficios de las tecnologías disruptivas podemos mencionar una mayor eficiencia en los procesos de trabajo, bien sea porque facilitan una organización conjunta más fluida o porque aligeran la carga de los flujos de trabajo. Estos beneficios quedan muy patentes con la automatización galopante que se está implantando en muchas empresas.

Sin embargo, las tecnologías disruptivas que han venido para quedarse también suponen un riesgo para ciertos grupos de personas y para las empresas. Muchos trabajadores, especialmente del sector STEM, tienen que estar constantemente actualizándose por la cantidad de avances y tecnologías disruptivas de su sector.

A su vez, las empresas no pueden quedarse atrás respecto a la competencia, lo que implica enfrentarse a un proceso de digitalización creciente y cambiante. Esto requiere de modificaciones organizacionales, mentalidad reformadora, creatividad y detección de oportunidades de negocio y de mejoras de productividad.

Además, la aparición de tecnologías disruptivas también amenazan a ciertos sectores de la población general con menos accesibilidad a las innovaciones digitales, como pueden ser las personas de mayor edad o que viven en puntos geográficos con una economía deprimida.

Es por ello que las tecnologías disruptivas no conllevan solo oportunidades, sino retos a los que hay que hacer frente como sociedad.

Ejemplos de tecnologías disruptivas

Actualmente, las tecnologías disruptivas están centradas en el ámbito de la informática y la programación. Esto no quiere decir que sus ventajas se circunscriban a esta disciplina exclusivamente, sino que salpican a un amplio rango de campos que tienen una influencia directa en nuestra vida.

A continuación, te explicamos algunos ejemplos de tecnologías disruptivas:

Blockchain

Cuando mencionamos las tecnologías disruptivas, el primer ejemplo que se nos viene a la mente a muchas personas que trabajamos en el ámbito de las tecnologías es el blockchain. Sin embargo, esta innovación impulsada por las criptomonedas puede resultar un tanto intrincada de explicar desde cero a personas que no están familiarizadas con este sector de la tecnología.

El blockchain, también llamado cadena de bloques, es una tecnología que se emplea para mantener un registro seguro y descentralizado de información, donde los datos se van encadenando. Podríamos decir que el blockchain es una especie de enorme base de datos interconectada que registra detalladamente toda la información que recibe desde distintas partes del mundo.

Esta innovación ha supuesto un adelanto sin parangón en materia de ciberseguridad y de confidencialidad en todo el ámbito bancario y transaccional. Si quieres saber más, te invitamos a que le eches un vistazo al término blockchain en nuestro glosario.

Realidad Virtual (RV) y Realidad Aumentada (RA)

Estas tecnologías están transformando la manera en que experimentamos la realidad. La RV nos sumerge en mundos virtuales inmersivos, mientras que la RA superpone información digital en el mundo real, permitiendo nuevas formas de interacción y visualización.

Ciertamente, estas tecnologías todavía no han provocado un profundo cambio en la sociedad, ya que están en desarrollo. Pero, como con cualquier otra tecnología disruptiva, se puede imponer en cualquier momento para siempre.

Se prevé que la generación de elementos virtuales trasladables a la realidad física traiga mejoras significativas y nuevos métodos en campos como la educación y la medicina. 

La realidad virtual en educación podría aprovecharse para implementar técnicas de impartición de contenidos más inmersivas que impliquen más al alumnado y faciliten su proceso de aprendizaje. Por otra parte, en medicina se destinarían a las simulaciones de operaciones y al diagnóstico de algunas enfermedades como el Alzheimer.

Vehículos autónomos

Los coches autónomos o autoconducidos operan con sensores, algoritmos complejos, sistemas de aprendizaje automático y procesadores muy potentes que permiten automatizar el transporte de pasajeros y prescindir, en cierta medida, de la intervención humana para su conducción.

Un vehículo autónomo puede trazar con alta precisión un mapa de sus alrededores mediante los sensores distribuidos por toda su carrocería. Para orientarse entre el resto de vehículos utilizaría radares especiales, y detectaría otros elementos como los semáforos o las señales de tráfico con cámaras de vídeo.

Esta tecnología disruptiva todavía no se ha plasmado en la realidad, pero, cuando salga al mercado oficialmente, dará un giro de 180º a la forma en la que nos desplazamos.

Impresión 3D

La impresión 3D es una tecnología disruptiva que está revolucionando la forma en que se fabrican y crean objetos. A diferencia de los métodos tradicionales de fabricación, que requieren moldes o herramientas especializadas, la impresión 3D permite la creación de objetos tridimensionales directamente a partir de un diseño digital.

Esta innovación ya tangible no solo tiene su impacto en el mundo del diseño o el arte, sino que supone un adelanto significativo en numerosas disciplinas. En la industria manufacturera, por ejemplo, se aprovecha para la producción de prototipos rápidos, lo que acelera el proceso de diseño y reduce los costes.

En el ámbito médico, la impresión 3D ha abierto nuevas posibilidades en la creación de prótesis personalizadas, modelos anatómicos para planificación quirúrgica y tejidos y órganos artificiales.

Y, por supuesto, la impresión 3D ha dejado una huella indeleble en el ámbito de la construcción dando lugar a procesos de fabricación de estructuras más automatizados, eficientes, sostenibles y asequibles.

Robótica

La primera irrupción de la robótica como disciplina autónoma y como tecnología disruptiva vino en forma de brazo robótico con diferentes grados de libertad en la industria manufacturera a mediados del siglo XX. Esto permitió estandarizar los procesos de trabajo, reducir los errores humanos y potenciar la producción significativamente.

Y es que aunque la robótica sea una rama relativamente nueva, se ha extendido rápidamente a otros campos para poner punto y aparte a los convencionalismos. En medicina, los robots quirúrgicos realizan intervenciones precisas y menos invasivas, lo que reduce el tiempo de recuperación y los riesgos para los pacientes. 

En agricultura, los robots se utilizan para tareas como la siembra, la cosecha y el monitoreo de cultivos, aumentando la eficiencia y reduciendo la dependencia de la mano de obra manual. 

La robótica también ha sido clave en el desarrollo de la inteligencia artificial (IA), ya que integran sistemas de IA para aprender y adaptarse a su entorno, lo que les permite tomar decisiones y ejecutar tareas complejas con intervención humana mínima.