Lo que nos espera: 1.000 veces más basura electrónica por la IA

La inteligencia artificial ha llegado para revolucionar por completo nuestras vidas. Y es que no se trata de un componente tecnológico que nos trae nuevas funcionalidades. Para nada, de la IA se desprenden varias consecuencias, entre las que se encuentra el impacto medioambiental. Una reciente investigación de la revista Nature Computational Science señala que la basura electrónica que genera se multiplicará por 1.000 en una década.

La realidad es que grandes empresas tecnológicas como Google, Microsoft o Meta están dentro de una carrera por hacerse con el trono de la inteligencia artificial generativa, sacando nuevas herramientas a una gran velocidad, a la vez que mejoran las existentes. A esta carrera no se le prevé un final, por lo que, si esta estimación es cierta, tendremos un gran problema medioambiental que gestionar.

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Entre 1,2 y 5 millones de toneladas de basura electrónica

Ya sabemos que la huella ambiental de la IA generativa encierra un alto consumo energético, emisiones de carbono y un excesivo gasto de agua. A todas estas consecuencias se le une la gran cantidad de basura electrónica que se prevé genera la IA. Hay que tener en cuenta que los equipos que usan en los centros de datos hay que renovarlos continuamente. Esto produce residuos digitales con compuestos como plomo o cromo.

Por ello, la revista Nature Computational Science lo tiene claro: si no se hace nada para reducir la basura electrónica, se multiplicará por 1.000 hasta 2030, llegando entre los 1,2 y 5 millones de toneladas. ¿Cómo podemos reducir toda la basura que generan los grandes modelos de lenguaje (LLM) como ChatGPT, Copilot, Gemini, Claude o Llama? Los investigadores se apoyan en los principios de la economía circular.

¿En qué consistía este estudio sobre la basura electrónica generada por la IA?

Para este informe se tomaron como referencia para sus cálculos el servidor de ocho unidades GPU Nvidia DGX H100, de 2023, el hardware más popular en el procesamiento de IA. Así, los investigadores construyeron cuatro escenarios de futuro para realizar estimaciones sobre el crecimiento de la IA y la demanda de procesamiento de datos entre 2020 y 2030. Vamos a verlos:

• En el primer escenario se considera que habrá una expansión limitada de la industria de los chips, situándolo en un 41 %. Para llegar a este porcentaje, se basaron en el crecimiento que ya tuvieron entre 2022 y 2023, llegando a la conclusión de que es imposible que se produzca un crecimiento menor.
• El segundo escenario nos traslada a un escenario conservador, en el que el crecimiento es de un 85 %. En este caso, se basan en las cifras de crecimiento que lograron los asistentes de voz tipo Alexa.
• El tercer escenario fue bautizado como “moderado”, que se inspiró en los números de TikTok. El crecimiento, en este caso, ascendía hasta un 115 %.
• El cuarto escenario nos indica un crecimiento agresivo de un 136 %, considerando que la IA se va a convertir en un compañero de las personas en su vida diaria. Aquí, se tomó como referencia la tasa de crecimiento de Facebook.

¿Cuánta basura electrónica se está generando?

En la actualidad, tenemos el antecedente de 2023, año en el que se generaron un total de 2.600 toneladas de basura electrónica. En 2030, según este estudio, esta cifra ascenderá a entre 0,4 y 2,5 millones de toneladas. La conclusión que se extrae es que habrá 1.000 veces más basura, lo que equivaldría a desechar entre 2.100 y 12.300 millones de iPhones 15 Pro.

Aquí estamos hablando de basura electrónica generada por la IA generativa. Sin embargo, si todos los residuos tecnológicos de 2002 supusieron 4,6 millones de toneladas, incluyendo portátiles o tabletas, en 2030 podrían ser 43,3 millones de toneladas. Obviamente, este estudio no cuenta con que durante la presente década se ejecuten medias de reducción de la basura digital.

Este estudio tampoco incluyó las restricciones a las importaciones de semiconductores, un producto clave. ¿Por qué es un elemento importante? Porque podría conllevar un aumento del 14 % en la generación de servidores de IA generativa que llegan al final de su vida útil, lo que nos dejaría 5,7 millones de toneladas adicionales de residuos,

Por último, es relevante resaltar que la basura digital se centraría en Europa (14 %), Asia Oriental (25 %) y Norteamérica (58%). A pesar de estos porcentajes, los residuos acabarían llevándose, prácticamente en su totalidad, a países de África y Asia.

¿Qué se puede hacer para reducir esta basura electrónica?

Como hemos comentado al principio de este post, este estudio se apoya en la economía circular para limitar la generación de residuos. Por el momento, la más efectiva es la de aumentar la vida útil del hardware, y es que se estima que el 62 % de los servidores de IA que se tiran cada año se podrían mantener un año más. Por norma general, su vida útil de tres años, por lo que pasaría a cuatro.

Otro aspecto que podría reducir la cantidad de basura electrónica es la reutilización de algunas partes de los procesadores GPU, como los módulos de comunicación, de memoria o de batería. Este aspecto reduciría los residuos electrónicos en un 42 %, aunque puede no ser del todo viable por la dificultad que supone reciclar estos tipos de elementos.

Otro aspecto relevante que se desprende de estudio es que, aunque los equipos cuentan con materiales tóxicos como el plomo, el cromo o el acrilonitrilo, tienen metales preciosos como oro, plata, platino, níquel o paladio. Si estos se reciclasen de forma adecuada podrían tener un valor de entre 14.000 y 28.000 millones de dólares.

Así, ¿cuál crees que será el escenario en 2030? ¡Te leemos en nuestras redes sociales!