OpenAI se convertirá en una empresa con ánimo de lucro y varios directivos dimiten
La empresa tecnológica OpenAI vuelve a estar en el foco de la noticia después de que varios de sus directivos anunciasen que dejaban la organización. En concreto, la directora de tecnología, Mira Murati; el director de investigación, Bob McGrew, y otros altos cargos de la empresa, han anunciado la decisión de dejar OpenAI en plena ronda de financiación. ¿Pero qué ha ocurrido? ¿Tiene algo que ver con que OpenAI recientemente ha anunciado su propósito de convertirse en una empresa comercial convencional con ánimo de lucro?
¡Respondemos todas las dudas!
Sam Altman, el “único superviviente”
Sam Altman, actual directivo ejecutivo, es el principal defensor de transformar OpenAI en una empresa con ánimo de lucro. Pero… ¿Le estará llevando esta decisión a ser “el único superviviente” en la compañía? Recordemos que Altman fue cesado temporalmente de la organización, aunque más tarde sería readmitido.
Su decisión de reconvertir OpenAI en una empresa convencional, entre otros asuntos, ha conllevado la salida presurosa de altos directivos de la organización. En concreto, la directora de tecnología, Mira Murati; el director de investigación, Bob McGrew; y un vicepresidente de investigación, Barret Zoph. Los tres han expresado el agradecimiento a la compañía, anunciando que consideran que este es el momento de explorar nuevos caminos y oportunidades profesionales.
No obstante, estas tres no han sido las únicas dimisiones de OpenAI en los últimos meses. Otras de las salidas más sonadas fueron las del jefe de la división de post-entrenamiento, John Schulman, cofundador y uno de los primeros miembros de la empresa; Ilya Sutskever, otro cofundador reconocido por ser uno de los principales investigadores de IA; y, por supuesto, el que fue presidente de OpenAI hasta agosto, Greg Brockman, que anunció su salida “para dedicarle tiempo a su familia”.
La salida de grandes directivos de la organización hace patente la división de opiniones que existe en la cúpula de la empresa, y pone de manifiesto la relevancia de los cambios profundos que ha experimentado OpenAI en los últimos meses, especialmente por su transición a una empresa con ánimo de lucro.
Una ronda de financiación que puede cambiarlo todo
OpenAI se encuentra en plena ronda de financiación; sin embargo, no es una ronda cualquiera. Entre sus bases y condiciones, se encuentra la transformación de OpenAI en una empresa comercial convencional con ánimo de lucro, dejando atrás la composición actual con un consejo de organización sin ánimo de lucro que dirige la empresa.
En su nacimiento en 2015, OpenAI se conformó como una organización sin fines de lucro, con el único objetivo de potenciar y desarrollar la inteligencia artificial de una forma útil, segura y en beneficio de la humanidad. En su carta de lanzamiento aseguraban que “como organización sin ánimo de lucro, nuestro objetivo es crear valor para todos y no para los accionistas. Se animará encarecidamente a los investigadores a publicar sus trabajos, ya sea en forma de artículos, entradas de blog o código, y nuestras patentes (si las hay) se compartirán con el mundo”. Así, OpenAI nacía como una comunidad científica, en la que ingenieros/as e investigadores/as tecnológicos de todo el mundo trabajarían codo con codo por un futuro de la Inteligencia Artificial prometedor para todos/as.
Sin embargo, en 2019, la organización dio un paso más y se convirtió en una empresa con fines de lucro limitados (conocido como capped-profit, en inglés). La intención de la compañía fue la de combinar ambos objetivos: seguir siendo una organización sin ánimo de lucro (OpenAI, Inc.), pero abriendo una nueva rama de ganancias limitadas (OpenAI, LLC). Así, aseguraron que “siempre sospechamos que nuestro proyecto requeriría mucho capital”, por lo que buscaron el apoyo de entidades privadas. De esta forma, gracias a esta nueva estructura, la empresa podía asegurar liquidez a los inversores.
¿OpenAI tiene un modelo económico sostenible?
Ahora mismo, uno de los focos de la noticia se encuentra en el modelo económico de OpenAI: ¿Es realmente sostenible? Si lo fuese: ¿Se producirían tantas salidas de altos cargos? Sin duda, se trata de un tema a debate en el que intervienen numerosos aspectos.
Por un lado, OpenAI depende de los grandes inversores. Este mes ha logrado la inyección de 6.600 millones de dólares, alcanzando un valor de 157.000 millones de dólares. Estas inversiones provienen de grandes empresas como Microsoft. Aun así, la empresa sigue percibiendo pérdidas. En este año fiscal, la empresa ha perdido unos 5.000 millones de dólares, dejando entrever un modelo económico insostenible. La organización sobrevive gracias a altísimas inyecciones de dinero provenientes de socios como Microsoft. ¿Pero qué ocurriría si estos grandes inversores decidiesen no continuar inyectando capital?
Por otro lado, otros de sus beneficios provienen de la comercialización de suscripciones, licencias y otros acuerdos estratégicos. Sin embargo, estas cifras no alcanzarían para sostener la organización sin las inversiones de grandes empresas.
En resumen, el modelo económico de OpenAI todavía no es sostenible sin la constante inyección de capital externo. Aunque la empresa ha logrado levantar importantes fondos y alcanzar una valoración multimillonaria, enfrenta desafíos de sostenibilidad a largo plazo debido a los altos costos operativos asociados con el desarrollo de modelos avanzados de IA. En definitiva, OpenAI todavía está en búsqueda de un modelo económico sostenible.
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