Inteligencia artificial en la educación, ¿positiva?
La inteligencia artificial (IA) es una rama de la informática destinada a desarrollar software capaz de imitar los comportamientos y los procesos cognitivos típicos de los humanos, lo que incluye facultades como el razonamiento, el aprendizaje, la resolución de problemas y la creatividad. Los sistemas basados en IA pueden implementarse para ejecutar un amplio abanico de tareas como la traducción, el reconocimiento de imágenes, la conducción, e incluso diagnósticos médicos.
Al igual que en otros muchos sectores, se predice que la IA va a causar una verdadera revolución tecnológica en el sector educativo tanto para los estudiantes como para los docentes y padres. Por eso, en EducaOpen te traemos este artículo sobre los beneficios y las aplicaciones de la inteligencia artificial en la educación, así como los posibles riesgos y retos ante los que tendremos que responder como sociedad.
Beneficios y aplicaciones de la IA en la educación
Hay cuatro formas en las que la IA puede revolucionar la educación y aportar valor a las aulas y al aprendizaje de los estudiantes:
Personalización
La IA aprende mediante la inserción de miles de datos de tendencias de aprendizaje de todo el mundo, identificando patrones de problemas de aprendizaje comunes y ofreciendo soluciones eficaces. Esto podría dar término al dilema de la personalización en la educación para cada estudiante.
Es muy complicado que un docente ofrezca un recorrido formativo a cada alumno, pero la IA podría detectar ciertas necesidades especiales o estilos de aprendizaje distintos para poder configurar un estilo de enseñanza y unos deberes a su medida.
Resolución de dudas
Los chatbots inteligentes son una herramienta que se presta a servir como mecanismo automático de resolución de dudas para los estudiantes que, a diferencia del docente, estaría siempre disponible. Así pues, los estudiantes recibirían más apoyo para hacer sus deberes y profundizar en una materia.
Calificación
Si bien, ya hay sistemas que no emplean la inteligencia artificial que califican de forma automática al estudiante, como los exámenes tipo test online. No obstante, estos exámenes consisten en la suma o resta de puntos en función de unas opciones cerradas preseleccionadas.
La IA podría ir a un paso más allá y servir de apoyo para evaluar respuestas abiertas de naturaleza más compleja como, por ejemplo, en asignaturas como Lengua o Historia.
Evaluación de material educativo
Los profesores podrían aprovechar la IA para generar contenido más riguroso, mejor estructurado y más completo. Todo depende de las destrezas y el ingenio de cada docente con la IA.
En cualquier caso, los profesores podrían utilizar la IA generativa para complementar sus materiales docentes, generar nuevas ideas de contenido y metodología, e incluso acompañarlos de material gráfico.
De igual forma, si se alimenta a la IA con los exámenes y las calificaciones de los estudiantes, sería posible analizar el rendimiento general de los estudiantes en cada parte del examen, localizando deficiencias educativas. Esto le indicaría al docente que puede haber algún problema con parte del temario impartido o su método pedagógico.
Dilemas de la aplicación de la inteligencia artificial en educación
Más allá de los indiscutibles beneficios que aportaría la implementación efectiva de la inteligencia artificial en la educación, hay algunos riesgos que se deben considerar para poder darles alguna solución:
Trampas por parte de los estudiantes
Si los estudiantes tienen acceso ilimitado a los programas de inteligencia artificial como ChatGPT, es muy probable que se sientan tentados de recurrir a ella para hacer sus deberes: desde resolver problemas matemáticos hasta redactar análisis de textos.
Más allá de las implicaciones éticas de hacer trampas y tomar atajos en los deberes, los alumnos que empleen la IA con frecuencia para este fin podrían descuidar más el estudio y adquirir menos conocimientos y habilidades de las esperadas.
Preocupaciones por la privacidad
Cuando los estudiantes y docentes interactúan con aplicaciones de inteligencia artificial generativa, todas sus conversaciones se almacenan a modo de retroalimentación para el sistema. Así pues, la privacidad de los datos y su correcto tratamiento no están garantizados.
Es por ello que, en principio, se les recomienda a los docentes que no introduzcan información sensible o confidencial ni propia ni ajena en las herramientas actuales con IA. Entendemos por información confidencial datos como mensajes privados, información de identificación personal, registros médicos, calificaciones, entre otros.
Menos socialización
Una parte importante de la socialización de los niños en la escuela viene a cuento de los deberes y de un apoyo mutuo. Si la frecuencia media diaria del uso de las tecnologías llega a niveles preocupantes en niños y adolescentes ya, la IA podría agravar todavía más esta problemática.
Los estudiantes ya tendrían a un asistente virtual que resultaría más eficiente a la hora de resolver dudas, por lo que no necesitarían contactar con frecuente con otros compañeros de clase.
Dependencia
Tanto los profesores como los alumnos corren el riesgo de acabar siendo demasiado dependientes de la inteligencia artificial. En el caso de los estudiantes, recurrir con frecuencia a la IA podría truncar su aprendizaje, especialmente su pensamiento crítico.
Y los profesores no están exentos de abusar de la IA. La inteligencia artificial les sirve a los docentes como un recurso auxiliar para confeccionar sus clases. Sin embargo, si se acomodan demasiado utilizándola, pueden acabar por planear sus clases al completo basándose en lo que escupe un sistema de IA.
Es decir, los docentes podrían dejar dominarse por la pereza en algunas de sus labores, lo que mermaría la calidad del contenido educativo que imparten.
Igualdad de acceso
Al igual que pasa con el resto de tecnologías, no todos los estudiantes en todas las partes del mundo pueden acceder fácilmente a Internet o a un ordenador. Por extensión, no todos los alumnos están igual de alfabetizados digitalmente.
Se prevé que la IA se sumará al currículum de competencias digitales básicas, por lo que la brecha digital entre los alumnos con acceso libre a Internet y los que no podrían ensancharse todavía más si no se da una respuesta contundente a este problema que tan de largo viene.
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