Novedades en robótica educativa para fomentar la creatividad en los niños

La robótica es un campo apasionante muy reciente que nació en el siglo XX para dar respuesta a las necesidades productivas de la industria manufacturera de entonces. A partir de entonces, su uso se generalizó en forma de brazos robóticos, lo que supuso un avance enorme en la producción de maquinaria, vehículos, alimentación, ensamblaje, estructuras, y mucho más.

Pero, ¿y si te decimos que la robótica también puede tener su hueco en el sector educativo? En la era contemporánea, los bloques inamovibles de cemento que separan disciplinas dispares se están resquebrajando por momentos. ¡En este artículo te contamos qué es la robótica educativa y cuáles son sus beneficios en el aula!

¿Qué es la robótica educativa?

La robótica educativa o pedagógica es una disciplina pensada para empezar a familiarizar a los estudiantes más jóvenes con la robótica y la programación de forma interactiva. Así pues, estas actividades vienen marcadas por su naturaleza eminentemente práctica, como en el resto de la educación STEM.

En todos los casos, la complejidad del robot por montar y programar dependerá de la edad y dominio de los estudiantes en la materia. En las etapas educativas de infantil y primaria, la robótica educativa les proporciona a los estudiantes todo lo necesario para que monten y programen con facilidad un robot multifuncional. 

Para estudiantes más avanzados y mayores, hay robots más complejos que les brindarán una experiencia educativa más retadora y enriquecedora.

¿En qué consisten las clases de robótica educativa?

Una concepción errónea que se pudiera tener sobre la robótica educativa es que los niños aprenden a programar a un alto nivel para configurar un robot. Nada más lejos de la realidad, ya que el objetivo de la robótica educativa es que los estudiantes aprendan haciendo y divirtiéndose. La programación en lenguajes como Python o C es harto compleja y, por tanto, bastante frustrante e insondable para estudiantes muy jóvenes.

Entonces, la robótica educativa consiste en montar y programar un robot con lenguajes de programación más simples para que sea capaz de realizar una serie de acciones predeterminadas. Para ello, el profesor debe facilitar un kit de robótica como el que comercializa la famosa empresa Lego.

En cuanto a los lenguajes de programación para niños que se emplean en la robótica educativa, los principales son Arduino y Scratch. Su sencillez permite que los niños los empiecen a manejar de forma fluida, y sirven principalmente para mandar órdenes a los robots por medio de iconos para que realicen un movimiento, identifiquen un color o midan distancias.

Queremos hacer hincapié en que la robótica educativa no está destinada a que los niños aprendan a programar, aunque, ciertamente, se les presentan nociones de programación básica. Esta disciplina va más allá: su fin es fomentar la creatividad, el ingenio, la observación, la búsqueda soluciones innovadores y útiles, y colaborar para alcanzar un resultado propuesto.

6 beneficios de implementar la robótica en la educación

La integración de la robótica en la educación presenta un panorama de beneficios enriquecedores que impactan positivamente en el desarrollo de ciertas habilidades de los estudiantes. Montar y programar robots acerca el intelecto de los estudiantes al modo de pensar de un ingeniero, es decir, primando la creatividad y la innovación orientada a resultados.

Podemos mencionar los siguientes beneficios de la robótica educativa:

Visión espacial

Esta se ve estimulada a través de la manipulación de robots y su interacción en entornos tridimensionales. Los estudiantes, al interactuar con estos artefactos y tener que montarlos intuitivamente desde cero, potencian su capacidad para entender y representar visualmente objetos y situaciones desde distintos ángulos y perspectivas, nutriendo así su percepción espacial.

Creatividad

La robótica educativa desafía a los estudiantes a diseñar y construir soluciones originales para diversas problemáticas, por lo que es impulsora de creatividad. Este proceso creativo les permite explorar diversas posibilidades y enfoques para resolver los retos planteados (montar el robot y programarlo para que lleve a cabo una serie de acciones autónomamente), fomentando la generación de ideas innovadoras desde edades tempranas.

Contacto con la rama educativa STEM

La familiarización con la robótica y la programación es un aspecto crucial en la era digital actual. Al involucrarse con robots y sistemas de codificación, los estudiantes desarrollan competencias tecnológicas esenciales para desenvolverse en un mundo cada vez más orientado a la tecnología. 

A través del aprendizaje práctico de programación, los estudiantes adquieren habilidades lógicas y analíticas, así como la capacidad de comprender el funcionamiento interno de los dispositivos y sistemas tecnológicos. Las ciencias tecnológicas son el futuro tanto en lo social como en lo laboral, por lo que es fundamental familiarizar a los alumnos con estas áreas.

Innovación

La capacidad de innovar y de idear soluciones ingeniosas es otro fruto valioso que la robótica aporta a la educación. Los desafíos y proyectos robóticos promueven la exploración de soluciones fuera de lo convencional mediante la reflexión, alentando el así llamado pensamiento “fuera de la caja”. 

Los estudiantes aprenden a abordar problemas de manera novedosa y a considerar perspectivas poco convencionales para lograr sus objetivos, cultivando así una mentalidad innovadora que trasciende el aula.

Trabajo en equipo

La robótica educativa requiere que los estudiantes trabajen en conjunto para planificar, diseñar, construir y programar robots, lo que les brinda la oportunidad de completar proyectos en equipo y compartir responsabilidades. 

De esta forma, los estudiantes adquieren soft skills valiosas tanto para su vida personal como profesional; aprenden a comunicarse efectivamente, escuchar las ideas de otros, y resolver conflictos de manera constructiva.

Pensamiento lateral

La resolución de desafíos robóticos implica la interacción entre diversas áreas del conocimiento, lo que despierta la curiosidad y fomenta el desarrollo de habilidades multidisciplinarias. 

Esta capacidad para conectar ideas aparentemente dispares es esencial en el mundo actual, donde los problemas complejos demandan soluciones que franqueen las barreras tradicionales del pensamiento.