Inteligencia artificial general (AGI): ¿una quimera o una realidad palpable?
La inteligencia artificial general es una rama de la IA cuyo objeto de estudio es el desarrollo hipotético de un sistema de inteligencia artificial que iguale o supere las capacidades cognitivas del ser humano, especialmente, en lo que se refiere a un aprendizaje autónomo. Muchos ingenieros de IA afirman que es imposible crear un sistema con estas características por el momento. A su vez, otros no se ponen de acuerdo en qué capacidades cognitivas se deberían medir para designar la inteligencia de una IA.
Cabe mencionar que, si bien el desarrollo de la IA en estos últimos años ha sido excepcional, nadie podría decir que un sistema de inteligencia artificial tuviera una inteligencia propia que excediese a la del ser humano. La IA supera al ser humano en rapidez y eficiencia en tareas que se prestan a la automatización, pero no tiene capacidad de decisión propia al margen de lo que se le enseñe y de los datos con los que se entrene.
Además, el concepto de inteligencia artificial general no deja de ser una abstracción que no tiene un reflejo en la realidad, por lo que muchos expertos pueden concebirla de manera diferente, con pronósticos más ambiciosos o reservados según el caso.
Beneficios de una AGI
Los beneficios de una AGI y su aplicación en el mundo real son los mismos que la de implementar una IA, pero van un paso más allá. Actualmente, la IA se emplea como un apoyo para agilizar tareas repetitivas y para tomar ciertas decisiones. Una AGI que supere la capacidad cognitiva humana no sería un apoyo, sino un actor más que sería capaz de tomar decisiones independientes y desarrollar argumentos lógicos propios.
Una inteligencia artificial general podría traer una automatización de tareas mucho más complejas y de procesos productivos al completo, incluso de tareas que concebimos como más estratégicas.
Además, los gobiernos y otras entidades podrían aprovecharla para tratar cuestiones muy complejas y asuntos de interés global en lo tocante a la pobreza, el cambio climático o el colapso esperable de un sistema de salud al borde de la quiebra.
No obstante, no todo serían ventajas, ya que la inteligencia artificial todavía tiene que responder ante algunos dilemas éticos propios que la irrupción de la AGI no haría más que agravar.
AGI (inteligencia artificial general) vs. ANI (inteligencia artificial estrecha)
Por regla general, la inteligencia artificial general se opone conceptualmente a lo que sería la inteligencia estrecha. La inteligencia estrecha son sistemas entrenados con un conjunto de datos especializado, diseñados para tareas más concretas, hiperespecializados. Sin embargo, la inteligencia artificial general, como un superordenador mejorado respecto al cerebro humano, abarcaría un espectro mucho más amplio de temáticas.
Te presentamos de forma esquemática las diferencias entre la inteligencia artificial general y la estrecha:
Inteligencia artificial estrecha
- Se enfoca en realizar tareas específicas muy bien, como jugar al ajedrez, traducir idiomas o reconocer imágenes.
- No puede realizar otras tareas fuera de su área de especialización.
- Es como un especialista en una sola materia.
Inteligencia artificial general
- Tiene la capacidad de entender, aprender y resolver una amplia gama de problemas, similar a cómo lo haría un ser humano.
- Puede adaptarse a diferentes situaciones y aprender nuevas habilidades sin estar programada específicamente para cada tarea.
- Es como una persona versátil multifuncional que sirve para propósitos muy diversos.
¿Es ChatGPT una AGI?
Desde su lanzamiento, ChatGPT ha recibido todo tipo de loas por parte de expertos de la tecnología y del público en general. Los elogios van desde “un avance asombroso” hasta calificativos hiperbólicos como “una revolución legendaria que va a borrar a departamentos empresariales al completo”. Hay quien podría llegar a pensar que la AGI ya se ha hecho realidad con ChatGPT. Al fin y al cabo, puede redactar un ensayo sobre cualquier tema y su sabiduría parece no conocer fin, ¿verdad?
Pues no, ChatGPT no puede considerarse una AGI. Debemos recordar que ChatGPT no tiene inteligencia propia, sino que parece tenerla. Su rango de acción y decisión se limita a la vasta cantidad de datos con la que se ha entrenado. Es innegable que un gran modelo de lenguaje de estas características supone un avance sin parangón en el mundo de la IA y las nuevas tecnologías, pero no sustituye ni mucho menos excede la inteligencia humana, nuestro discernimiento y nuestro poder de decisión.
Para que una AGI fuera considerada como tal tendría que tener una capacidad de aprendizaje autónomo, lo que a su vez se sostendría en tres pilares: una conciencia mental interna del yo y de lo que le rodea, percepción temporal e imaginación propia. Si trasteamos lo suficiente con cualquier sistema de IA ahora en estos momentos, llegaríamos a la misma conclusión: la IA no es igual de inteligencia que el ser humano en ningún sentido.
El futuro de la inteligencia artificial general
En primer lugar, ¿es posible crear una AGI tal y como la entendemos hoy día? No hay una respuesta unánime. Por ejemplo, el director de ingeniería de Google, Ray Kurzweil, cree que la inteligencia artificial podría batir el test de Turing de una vez por todas y alcanzar un nivel similar a la humana para 2030, y estima que podría llegar a superar nuestras capacidades para 2045. Si estas estimaciones se cumplieran, podríamos hablar en un par de décadas sobre la existencia de una inteligencia artificial general.
Sin embargo, otros expertos afirman que crear un sistema así es imposible. Estaríamos hablando de que las máquinas adquirirían una conciencia propia y se cumplirían todos los escenarios y distopías futuristas que hemos visto en las películas. Sería algo propio de Black Mirror.
En EducaOpen no cerramos la puerta a ninguna hipótesis. Pero, desde nuestro punto de vista, pensamos que la inteligencia artificial, como invención humana, siempre quedará circunscrita al conjunto de datos con el que sea entrenada, por muy amplio y general que sea. Lo creado no puede superar a su creador, ¡al menos por el momento!
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