¿Por qué todos deberíamos tener cuidado con nuestra huella digital?
La huella digital o huella electrónica es toda la información que existe en Internet sobre nosotros. Siempre que estás en línea dejas un rastro, al igual que cuando caminas por la arena de la playa. Es una señal que marca por donde has pasado, cuánto tiempo has estado ahí y qué has estado haciendo. Así pues, tu huella digital se deja entrever cuando te registras en un sitio web, al mandar un correo electrónico, al descargar un vídeo o al subir una foto a una red social.
La importancia de cuidar tu huella digital
En tu huella digital puede interesarse gente de muchos ámbitos. Para no ir más lejos, en los procesos de selección, muchos empleadores buscan los nombres de los candidatos para comprobar su actividad en redes. No es una práctica universal, y se critica con frecuencia, pero no hay manera de saber quién te busca en Internet.
En muchos casos, si la huella digital de una persona es negativa a ojos de los reclutadores, es muy probable que te descarten del proceso de selección.
Pero no solo por motivos laborales deberías cuidar tu huella digital, sino también de cara a conocer nuevas amistades. Nunca sabes quién puede sentir curiosidad por tu actividad en Internet, por lo que es recomendable que proyectes una imagen positiva de tu persona en tu huella digital de cara a oportunidades laborales y a la sociedad en general.
Además, por cuestiones de ciberseguridad, es también recomendable no publicar muchos detalles de tu vida privada. Nunca sabes si alguien, en algún momento de tu vida, maliciosamente se puede hacer pasar por ti o utilizar información íntima en tu contra.
¿Cómo puedo comprobar mi huella digital?
Si tu actividad en Internet es relativamente frecuente, es probable que hayas dejado tras de ti algún tipo de huella digital.
No hay un manual de instrucciones para comprobar tu huella digital, pero es muy simple hacerlo: busca en Internet tu nombre, tu correo electrónico, los usuarios de tus diferentes redes, y cualquier otro indicador que señale hacia tu persona.
A su vez, Google pone a disposición de sus usuarios Google Alerts, que sirve para establecer alertas para cualquier término sobre el que se publique algo nuevo en Internet. Puedes poner una alerta con tu nombre real o tu usuario para que Google te avise cuando rastree algún nuevo dato coincidente.
Tipos de huellas digitales
Según lo ostensible que sea la información que vas desperdigando por Internet, distinguimos dos tipos de huellas digitales:
Huella digital pasiva
Esta huella son datos que vas dejando a tu paso por Internet de forma automática y silenciosa. Por ejemplo, tu dirección IP te identifica en todo momento, tu geolocalización o tu historial de búsquedas.
Ejemplos de huella digital pasiva:
- Historial de navegación en Internet, incluyendo sitios web visitados y tiempo de permanencia en cada uno.
- Datos de ubicación recopilados por aplicaciones móviles y servicios de geolocalización.
- Preferencias de compra registradas por plataformas de comercio electrónico.
- Interacciones en redes sociales, como me gusta, compartidos y comentarios.
- Datos de actividad física y salud registrados por dispositivos de seguimiento como smartwatches y aplicaciones de fitness.
Huella digital activa
Esta huella la creamos nosotros mismos cuando decidimos publicar cualquier información en Internet, muy comúnmente, en una red social. Pero no solamente en redes sociales, sino que nuestra huella digital también incluyen los mensajes de correo o cualquier publicación ajena que nos mencione.
Ejemplos de huella digital activa:
- Desbloquear un teléfono con el escáner de huellas dactilares.
- Ingresar una contraseña para acceder a una cuenta en línea.
- Proporcionar datos biométricos para el reconocimiento facial.
- Verificar la identidad mediante la voz en un sistema de reconocimiento de voz.
- Utilizar un token o llave de seguridad para acceder a una red privada.
¿Cómo puedo proteger mi huella digital?
Si bien no podemos controlar toda nuestra huella digital pasiva, sí que podemos tomar varias precauciones para minimizar nuestra huella digital y cualquier impacto negativo asociado a ella:
Búscate
Es posible que te sientas un poco raro al buscarte a ti mismo, pero es la mejor forma y la más rápida para comprobar tu huella digital del momento. Puedes probar a buscar tu nombre o tus usuarios con diferentes buscadores y explorar los resultados de búsqueda.
Si ves información sobre ti que no te gusta, bórrala en caso de que la hayas publicado tú en algún momento de tu vida. Si ves otro tipo de datos sobre ti que no son de tu autoría, contacta con el administrador del sitio web para pedirle que lo borre.
Blinda tu privacidad
Todas las redes sociales y servicios de Internet ofrecen diferentes grados de privacidad. Si tu huella digital es un tanto comprometida o no tienes ganas de que cualquiera puede olisquear lo que haces o dejas de hacer a través de tus redes, siempre puedes privatizar tu perfil para que solo vean tu contenido los amigos que tú quieras.
A su vez, también puedes borrar periódicamente tu historial de búsquedas o navegar en modo incógnito. Ten en cuenta que navegar en modo incógnito no oculta tu IP, solo que no se guardarán tus búsquedas en el historial.
No te sobreexpongas en redes sociales
Todos hemos conocido (o hemos sido, incluso) a personas que publican demasiados detalles sobre su vida personal en Internet. O peor, sobre la vida de otras personas. Ten siempre presente que todo el mundo que tenga acceso a tu perfil puede compartir tus publicaciones. Y una vez se comparta, se queda inmortalizado para siempre en tu huella digital.
Te desaconsejamos publicar datos o fotos de los que te puedas arrepentir el día de mañana o que proyecten una imagen negativa de ti. La prudencia es una virtud de la que es muy útil hacer gala en estos casos.
Restringe los permisos de las aplicaciones del móvil
Seguro que alguna vez te has descargado alguna aplicación en tu teléfono que te ha pedido permiso para acceder a medio teléfono. Esto no es una buena medida de seguridad para proteger tu huella digital. Concédele los permisos estrictamente necesarios a la aplicación para que pueda funcionar, ni más ni menos.
Gestiona bien tus contraseñas
“123456” no es una contraseña segura, y lo sabes. Tampoco es seguro poner la misma contraseña en todas las cuentas que vayamos creando. Si un hacker descubre tu contraseña en una cuenta, ya tiene acceso al resto automáticamente sin esfuerzo alguno.
Aunque suene cliché, te recomendamos que utilices diferentes contraseñas complejas para cada cuenta que crees. Esta es una de las mejores prácticas de privacidad de datos que puedes aplicar. Puedes optar por apuntarte en algún lugar seguro tus contraseñas para que no las olvides.
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